La madre de la joven, Carolina Cors. dio a conocer su historia a través de una cuenta de Instagram con la que busca masificar lo que vivió su hija en la Universidad de Los Andes.
“Le arrebataron las ganas de vivir“. Con esta frase resumió Carolina Cors, madre de Catalina Cayazaya Cors, los hechos que llevaron a su hija a tomar la drástica decisión de cometer suicidio, tras denunciar en varias ocasiones el acoso y los abusos sufridos por parte de sus profesoras.
La mujer creó en Instagram la cuenta Justicia por Catalina, donde publicó una carta en la que reveló los malos tratos que padeció su hija mientras cursaba el quinto año de la carrera de Terapia Ocupacional en la Universidad de Los Andes.
“No estamos todas, falta nuestra Cata. Para que esto no siga ocurriendo. Los abusos dentro de las practicas son tan recurrentes, poco se habla de esto y de el impacto que causa en las personas“, posteó la mujer junto a una foto de su hija.
En su carta, Carolina Cors contó que en marzo de 2017 su hija entró a estudiar Terapia Ocupacional en la mencionada casa de estudios. Y destacó que lo hizo “con media beca, por su alto puntaje”.
“Catalina era una mujer alegre, optimista, inteligente, llena de energía y ganas de vivir. Con pensamiento crítico y muy respetuosa de la diversidad“, continuó su relato.
Reveló que la joven “pasó los primeros años sin problemas, querida por sus pares y profesores. Hasta que en 2022 inició el internado. Un lugar donde está normalizado el maltrato a los internos en las carreras de la salud“, aseveró.
El conflicto con la tutora
Contó a continuación que “su primer internado le tocó una tutora de Terapia Ocupacional que usaba a las internas para realizar talleres y que las trataba según el ánimo con que amanecía, incluso con insultos y faltas de respeto. Lo comentó con su profesora a cargo, pero sin ningún resultado”, planteó.
“Tanto así que para Catalina fue una sorpresa que en las evaluaciones preliminares la felicitaran por su desempeño. Se presentó al examen sin nota de desempeño y con la exigencia de evaluar a la tutora previo a este (ambas situaciones completamente irregulares e ilegales, en conocimiento de la universidad). La evaluó creyendo que no llegaría a ella hasta después. La reprobó”, continúa el relato de la madre de Catalina.
Dijo que tras ello, su hija “fue a la dirección a presentar estas situaciones, nadie la escuchó. Fue tratada de sensible, como si serlo fuera algo negativo (…) Escribió una carta a la dirección (firmada por la mitad de su curso), relatando maltratos e irregularidades sufridas”.
La respuesta de la universidad, según reveló la mujer, consistió en “citar a las alumnas por separado y acusarlas de mentirosas, instancia en donde incluso las habrían amenazado de suspenderlas del internado“. Al ver esta situación, Catalina obtuvo “su primera licencia psiquiátrica, pues estaba destruida y sin esperanzas“.
Relató que en su segundo internado, debía trabajar 11 horas diarias, atendiendo entre ocho y 12 pacientes en 45 minutos y muchas veces “sin supervisión”. Según sostuvo Carolina, la profesora a cargo no hizo nada, pese a que se le informó del hecho.
“En las dos evaluaciones preliminares pasó bien calificada, pero la última semana la tutora se enteró que no tendría internas en próxima rotación a causa de la cantidad de licencias médicas por salud mental. Un día antes del examen informó que Catalina no podía presentarse porque la encontraba deficiente“, planteó la mamá de la joven.
Catalina perdió la esperanza
La madre narró que “Catalina exigió su nota de presentación y su derecho a presentarse a examen en un mail a la dirección, se lo permitieron. Nuevamente le exigieron evaluar a la tutora previo al examen y se volvió a presentar sin nota de desempeño. La tutora la aprobó con un 4, y en ese momento informó que su nota de presentación era un 2 (improbable con dos preevaluaciones buenas)”, detalló.
Por lo mismo, sostuvo que debido a lo anterior su hija “se fue al suelo, sin esperanzas ni ganas de vivir“.
Por ello, Carolina se dirigió a la Universidad de Los Andes para entrevistarse con profesores y la directora de carrera.
“Les planteé todas las irregularidades en que se incurrió, documentado con mail y mensajes de WhatsApp, les mostré que mi hija ya no quería vivir, que perdió la esperanza. Sólo promesas de que se investigaría”, dijo.
Luego, reveló que “el 16 de marzo de este año la encontré muerta en la mañana, con una nota pidiéndome perdón por no poder resistir tanto dolor“, recalcó.
“17 días después, la comunidad universitaria no está en conocimiento que una de sus alumnas se quitó la vida, pese a que la dirección académica lo supo al día siguiente”, añadió.
Carolina Cors dijo en su carta publicada en Instagram que la intención de la misiva es que “esto no se vuelva a repetir”.
Este servicio es gratuito y atiende las 24 horas del día, siete días a la semana.
También puedes buscar el centro de atención más cercano o conectarte con especialistas a través de videollamada en ESTE LINK.